Diferencia entre Conocimiento y Habilidades: Saber no te hace hábil
La diferencia entre conocimiento y habilidades: saber no te hace hábil
Para muchas personas, el conocimiento y las habilidades son conceptos similares que se usan para describir la competencia. Pero para los profesionales del aprendizaje deben ser considerados como dos conceptos bastante diferentes pero relacionados.
Identificando la diferencia entre conocimiento y habilidades
El conocimiento es información adquirida a través de cualquiera de los sentidos y se refiere a la familiaridad con información fáctica y conceptos teóricos. El conocimiento puede transferirse de una persona a otra o puede adquirirse por sí mismo a través de la observación y el estudio.
Sin embargo, las habilidades son la capacidad de aplicar el conocimiento a situaciones específicas y se desarrollan a través de la práctica y a través de una combinación de entrada y salida sensorial.
Por ejemplo: las habilidades sociales se desarrollan a través de la interacción con las personas observándolas, escuchándolas y hablando con ellas. Prueba y error es probablemente la mejor manera de lograr el dominio de las habilidades.
Para decirlo en pocas palabras: el conocimiento es teórico y las habilidades son prácticas.
Es decir, puedes conocer todas las reglas de un deporte, conocer todos los equipos y todos los jugadores, conocer todas las estadísticas, pero esto solo te convierte en un conocedor (conocimiento) de este deporte, no te hace bueno (habilidad) en éste.
Para ser bueno en un deporte, debes jugarlo, practicar sus técnicas y mejorar tus habilidades a través de la experiencia. No necesitas conocer a todos los equipos ni a todos los jugadores para practicar un deporte y puedes aprender las reglas fácilmente mientras juegas, a través de prueba y error.
Lo mismo se aplica a un trabajo: puedes saber mucho sobre un tema, pero es posible que no tengas las habilidades necesarias para aplicar ese conocimiento a tareas específicas, ya que el conocimiento no proporciona habilidades.
Sin embargo, el desarrollo de habilidades normalmente proporciona algo de conocimiento, ya que la práctica de esas habilidades da como resultado información sensorial.
Como ejemplo, un ingeniero aeroespacial puede saber mucho sobre aviónica y teoría de vuelo, pero esto por sí solo no lo convierte en piloto de aeronave. Por otro lado, un piloto de avión solo requiere un nivel mínimo de conocimiento sobre aviónica y teoría de vuelo para poder volar el avión, y este conocimiento continuará aumentando a medida que adquiera experiencia volando un simulador o un avión real.
Desarrollando habilidades
Por lo tanto, si deseas prepararte mejor para lograr un desempeño deseado, no necesitas más clases ni conferencias. Lo que necesitas es más práctica. La producción de más presentaciones y más cambios de página solo harán que estés más informado; no te proporcionará habilidades para hacer mejor tu trabajo.
Parece lógico, ¿no?
Entonces, ¿por qué tantos prpofesionales del aprendizaje siguen abordando las brechas de desempeño con conferencias, presentaciones en línea u otro contenido teórico?
Para que las personas logren el desempeño deseado en una tarea, se les debe brindar la oportunidad de realizar las acciones requeridas para que puedan mejorar su desempeño en esta tarea hasta que la dominen.
Si bien mucho de lo que en realidad se llama capacitación no es más que volcado de información, no sorprende que tales programas de capacitación no brinden resultados. La capacitación debe ser sobre actividades, escenarios y simulación. Cuando la capacitación se trata de conferencias, presentaciones y cuestionarios, terminamos con personas que saben muchas cosas pero no pueden hacer mucho con ellas.
Es como los profesores universitarios que enseñan emprendedurismo, pero nunca han creado una sola empresa.
Por supuesto, las habilidades se pueden desarrollar más fácilmente si uno tiene un conocimiento previo de la tarea a realizar: aprender a volar un avión a través de prueba y error sin tener una idea mínima de cómo vuelan los aviones puede ser bastante arriesgado, pero la teoría debe limitarse a lo mínimo necesario para poder realizar la tarea.
No puedes aprender a conducir un automóvil sin saber dónde están los pedales del acelerador y del freno. Sin embargo, la mejor manera de conocer los efectos de la aceleración y los frenos no es leer sobre ellos, sino experimentarlos.
